miércoles, 31 de octubre de 2012





Sin darnos cuenta a través de nuestra actitud,
de nuestra sonrisa, de nuestras palabras,
de nuestra mirada, de nuestros gestos,
vamos dejando huellas.
A veces son huellas profundas
 cuando estamos cansados,
cuando defendemos nuestra opinión ante algo injusto,
cuando amamos desesperadamente,
cuando el miedo nos paraliza.

Otras veces son  huellas ligeras cuando disfrutamos,
es como  si volásemos. Pero al fin y al cabo son huellas  que van diciendo a los demás cómo somos,
cómo nos sentimos.
Hoy desde mi habitación silenciosamente
he estado sobrevolando y las he visto,
estaban todas: las mías, las de mis seres queridos,
las de la gente que me rodea y me han hecho pensar.
Pensar en lo que vamos dejando sin que  nos demos cuenta:
Una sonrisa amable, un ataque de ira,
una mirada cómplice, una actitud  hostil,
una palabra tranquilizadora, alguna acción parecida a una  venganza,
un apretón de manos amistoso y sincero, un beso al aire……..
de verdad que me ha hecho pensar las HUELLAS

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